Los dos mayores se quedaron con su padre y el pequeño de 6 añitos conmigo. Empezaron las denuncias y demandas, las hacia él, todo para quitarme al niño y que yo no pudiese ¡realizar mi vida!  a mis hijos los puso en mi contra, ellos ya no querían verme y me odiaban, hubo insultos por ellos ya que su padre consiguió su propósito, ¡hundirme!

Transcurrido el tiempo acabo preso, y yo durmiendo en un centro de mujeres maltratadas, tomando 13 pastillas diarias, destrozada psicológicamente y tuve que dar la custodia de mi niño pequeño para seguir viva.

En el centro de acogida, pude vivir muchísimas historias de muchas mujeres. Mi historia era encontrarme sola sin mis hijos destrozada y viendo como esas mujeres estaban con sus hijos.

Y me entraron mis miedos.

Necesité mucha ayuda y ahí la obtuve, de a poco empecé a sentir que cuando yo ayudaba a otras mujeres yo también sanaba y fui cogiendo fuerzas para poder sacar todo el odio y la depresión que me llevo al límite. En las tertulias mis educadoras y compañeras me agradecían mi apoyo y las fuerzas que les aportaba a todas.

Veía como evolucionaban y comenzaban de nuevo con sus niños, que a su lado la tenía. En cambio, yo estaba sola, sin mis niños, lo que más amaba y además los tenía en mi contra, cuando se dirigían a mí, me decían “Señora”.

¡No podía entender todo lo que me estaba sucediendo y el porqué de todo esto, pero gracias al apoyo del centro de acogida, me ofrecieron ayudar a mujeres en mi misma situación y logré hacerlo y gracias a mi hermana, a su gran apoyo y a sus terapias empecé a trabajar en mí!  empecé a enfocarme en el péndulo, el tarot. Al salir del centro, estado ayudando a mujeres en centros de acogida, no lo creía. Poco a poco me fui dando cuenta que podía ayudar a los demás y a su vez yo sanaba. Ahora junto a mi hermana hemos creado un gabinete de tarot donde se ofrecen muchas alternativas para ayudaros, podemos ayudar a sanar, siempre se puede.